La compra de vivienda usada se sitúa en niveles históricos y ya acapara el 90% de las operaciones
Entre enero y septiembre de 2018 se cerraron 1.700 transacciones frente a solo 122 de propiedades a estrenar. El 40% de quienes adquieren domicilios de segunda mano los reforman para destinarlos al alquiler
En 2006, antes de que la crisis hiciese estragos en la economía del país, disparase el paro y deshinchase el sector inmobiliario, en Vigo se cerraron cerca de 3.200 operaciones de venta de vivienda. De ellas, algo más de la mitad, el 55%, se acordaban para pisos nuevos. Trece años después el escenario es diametralmente opuesto. Aunque el sector va recuperando poco a poco su actividad y sus datos están lejos de los que llegó a manejar durante los peores años de la recesión, el número de operaciones no alcanza las cifras de 2006. La mayor diferencia entre entonces y ahora se da sin embargo en el tipo de vivienda que adquieren los compradores. Si hace trece años el 55% eran propiedades nuevas, a estrenar, hoy ese porcentaje se ha hundido hasta un testimonial 7%.
Los últimos datos publicados por el Ministerio de Fomento revelan que entre enero y septiembre de 2018 en Vigo se cerraron 1.821 operaciones de compraventa de viviendas, unas 300 más de las que se habían registrado durante el mismo período del año anterior. Lo más llamativo del estudio de Fomento es sin embargo el perfil de esas operaciones: una inmensa mayoría, casi 1.700, se correspondían con viviendas usadas. No hay ningún otro año en el que Fomento o el Instituto Galego de Estatística (IGE), que remontan sus estudios a 2004, registrasen un dato mayor de compras de segunda mano.
Durante los mismos nueve meses de 2017 los técnicos contabilizaron 300 operaciones menos de vivienda de segunda mano y un año antes la diferencia era de casi 600 compras. El número de transacciones de propiedades usadas en 2018 supone de hecho un incremento de cerca del 100% si se compara con el resultado de hace un lustro. Crecen las ventas de casas reutilizadas y crece también su peso en el conjunto del mercado, que se sitúa en niveles históricos. Al menos desde 2004 -primer ejercicio documentado por Fomento y el IGE- las ventas de domicilios de segunda mano nunca había llegado a representar el 93% del total.
El presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), Benito Iglesias, explica que esa tendencia se debe a varios factores. La principal es la falta de obra nueva. Los datos que manejaba el sector hace un año revelaban que la parálisis sufrida por la construcción a raíz de la crisis y el particular escenario del urbanismo vigués -la anulación del PXOM de 2008 obligó a recurrir al documento anterior, de 1993- había dejado el stock de vivienda nueva en mínimos, con apenas 80 propiedades a la venta en toda la ciudad. El Concello trabaja en la ordenación provisional, que está en fase de información pública y permitirá retomar la tramitación de obras en cerca de un tercio del municipio.
El tirón del alquiler
Otro factor clave es el tirón del mercado del alquiler, que -en gran medida debido a la falta de vivienda nueva- ha visto cómo sus precios se incrementaban en los últimos años. Iglesias explica que alrededor del 40% de los compradores de casas de segunda mano deciden hacerse con una propiedad de este tipo para reformarla y ponerla después en arrendamiento. El presidente de Fegein precisa que los compradores buscan en este caso inmuebles por menos de 150.000 euros y que estén situados en puntos céntricos de la ciudad.
"Hay un sector de viviendas que antes no se movía y que ahora los inversores ven de otra forma, como una oportunidad", comenta Iglesias. Además del alquiler residencial, otro de los alicientes es el éxito de las viviendas vacacionales.
(Fuente: Faro de Vigo)