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del 5 al 7 de Abril de 2019

noticias

Las promotoras se lanzan a rehabilitar viejos edificios: el último, un caserón de Venezuela

Luz verde a un proyecto de 442.500 euros para reconstruir un inmueble en el centro

Una de las grandes losas que pesan sobre el urbanismo vigués es la pérdida de edificios emblemáticos, como los antiguos cines Royalty u Odeón, ambos diseñados por el arquitecto francopolaco Michel Pacewicz y que sucumbieron bajo la piqueta durante el desarrollismo de los años 60. De sus elegantes fachadas solo quedan algunas fotos en el Archivo Pacheco y los testimonios de quienes aún las recuerdan. Medio siglo después la realidad del sector inmobiliario de Vigo es bastante distinta. El peculiar escenario del urbanismo olívico -marcado por la anulación del Plan Xeral de 2008-, el bum del mercado del alquiler y el desbloqueo del grifo inversor ha centrado el interés del sector en las construcciones que se denostaban durante el esplendor del ladrillo: los viejos edificios del centro, muchos de ellos con impronta histórico y que gozan de algún tipo de protección por su valor patrimonial.

A lo largo de los últimos meses promotoras privadas y administraciones públicas se han lanzado a la rehabilitación de viejos inmuebles repartidos por el casco urbano: el Ministerio de Trabajo ha impulsado la reforma de La Metalúrgica para reconvertirla en la sede de la Teorería de la Seguridad Social, uno de los viejo inmueble de Porta do Sol está a punto de renacer como Stella Príncipe, en la confluencia de Vázquez Varela con Urzáiz se rehabilita un caserón -comprado por Ceetrus, promotora del Centro Vialia- para que pueda reutilizarse como hotel, no muy lejos de allí, en la calle Cervantes con Alfonso XIII, los operarios trabajan en la restauración de un viejo edificio... La oleada de rehabilitaciones en el centro sigue la que desde hace años se concentra en el Casco Vello con apoyo de las instituciones públicas. Su último capítulo es la reforma de los soportales de O Berbés, que ocupará en parte la Universidad de Vigo.

La Gerencia de Urbanismo tiene ya sobre la mesa una nueva muestra del interés de las agencias y promotoras por reconstruir antiguos inmuebles. El organismo municipal prevé dar luz vede la próxima semana a una licencia para reedificar una construcción situada en el número 53 de la calle Venezuela, justo en la confluencia con México, al lado de El Corte Inglés. El proyecto tiene un presupuesto de 442.500 euros e integrará ocho viviendas que sumarán una superficie construida de 840,6 m2, además de un bajo comercial.

Círculo Católico de Obreros

Mejor suerte que los cines Royalti y Odeón correrá otra obra de Michel Pacewicz: el caserón que proyectó en 1904 para el Círculo Católito de Obreros, un inmueble de estilo neogótico que se alza en la confluencia de la calle López de Neira con Doutor Cadaval. La sociedad Dorio Y-3, con sede en Vigo y constituida en junio de 2018, cerró el pasado verano la compra de la construcción, que se encuentra muy deteriorada tras años de abandono. Sus planes pasan por destinar el inmueble a viviendas con un bajo comercial. Durante el proceso el estudio encargado del proyecto, EAU Arquitectura, se ha marcado sin embargo el reto de rescatar la filosofía original del inmueble ideado hace ya más de un siglo por Pacewicz. La recuperación abarcará tanto el exterior -se devolverá su aspecto genuino a la fachada, liberándola del amplio escaparate que se abrió con posterioridad- como los interiores del inmueble.

Para el presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), Benito Iglesias, la oleada de rehabilitaciones de antiguos edificios se explica en gran medida por la situación del urbanismo vigués, marcado por la sentencia del Supremo que en 2015 anuló el PXOM de 2008. Las dificultades para activar nuevas promociones ha llevado a los inversores a centrar su atención en las construcciones que llevan años deteriorándose. El otro factor decisivo, abunda Iglesias, es la escalada de precios en el mercado del alquiler, lo que anima a los inversores a comprar y reformar viviendas para arrendarlas. A Vigo llegan atraídos por el mercado inversores del resto de Galicia e incluso de Portugal.